viernes, 7 de febrero de 2020

P.E. Círculo de Mujeres


El círculo de mujeres es una ancestral forma de encuentro entre mujeres que permite experimentar la comunidad, el servicio y la colaboración. A nivel de terapia el círculo te permite tomar consciencia, experimentar  y sanar directamente lo femenino en un amplio abanico de aspectos lo que facilita una profunda transformación personal y social. Es un espacio en el que se crea una conexión íntima entre cada una de las mujeres que participan, a la vez que con una misma y por supuesto con lo Superior, el Sagrado Femenino, la propia Naturaleza. 



El trabajo de lo femenino es una acción introspectiva y nutritiva, es una visión del Yo, es la propia realidad interior que se refleja y hace visible a través de las demás mujeres del círculo. Todas las voces, las vivencias y expresiones de cada mujer tienen importancia y en las diferentes sesiones cobran protagonismo, dependiendo de lo que en ese momento es necesario gestionar, sanar o llevar a la consciencia de cada una y del grupo.

En un P.E. para mujeres se liberan lastres, se eleva la consciencia de lo femenino, se nutre en el Amor y la compasión, en la entrega y en la recepción, se sanean las emociones y se honran los estados. Se trabaja en la aceptación, el respeto, el reconocimiento, la consagración de una misma en la verdad única, en lo auténtico. 

Es un trabajo a nivel individual y en grupo que permite conocerse, transformarse, crecer, mejorar la relación con uno mismo y en su reflejo la relación con las demás mujeres, la naturaleza, la vida misma. Y a pesar que hay momentos en los que es necesario llorar, liberarse y descargar, también hay mucha diversión y tras cada sesión el camino de vuelta a casa es mucho más libiano y feliz.



Mi experiencia en Círculo de mujeres ha sido siempre muy nutritiva y liberadora. Me ha permitido tener vivencias que de otro modo no hubiera sido posible tener, las experiencias han sido siempre memorables y altamente enriquecedoras. He conocido aspectos de mi que hasta el momento de percibirlos eran para mi impensables, me ha posibilitado cambiar la perspectiva de mi visión para comprender con más claridad quien era yo y porqué me sucedían las cosas. Me han permitido valorarme, valorar a los demás y a la propia vida, descubrir realidades del Ser, capacidades y cualidades que no apreciaba o no lo suficientemente, incluso que ignoraba que tenía.

También ha sido muy nutritivo para mi siempre, por el hecho de que en un círculo se crea mucha complicidad y empatía. He podido sentirme libre para dar todo el Amor y buena intención que tengo, pero también para recibirlo porque me ha permitido sentirme amada, aceptada y reconocida. Se me ha permitido ser yo misma sin tener que guardar nada y cuando lo he guardado con plena consciencia de ser yo.



Otro aspecto muy hermoso en el círculo es descubrir la unicidad y la grandeza del aspecto femenino en cada una de las hermosas mujeres que conforman dicho círculo. Es curioso experimentar como esta percepción te permite sentirte agradecida por el privilegio de poder descubrir y disfrutar de tan honorable compañía, realmente es un gran regalo que no se acaba aquí... pues después de darte cuenta  y ser más consciente de la grandeza de lo femenino en las demás comienzas a captar sin proponértelo la grandeza y unicidad en ti misma y esto es algo liberador y enriquecedor absolutamente. No se trata de sentirse superior, ni sentir superior a nadie, esto es algo que desaparece totalmente, pues todas somos lo mismo, todas somos distintas y necesarias, todas somos importantes y todas somos lo mejor que se puede ser, pues eso somos lo mejor. Poder acceder a estas experiencias es francamente un regalo de la vida que por mucho que se cuente jamás se podrá comparar a experimentarlo propiamente.  Por eso, os invito a todas las mujeres a permitiros participar en algún momento de vuestra vida en un círculo y permitiros aprovechar y disfrutar el grandioso regalo que la vida provee en él.

Pexels en Pixabay 


Para desarrollar un círculo de mujeres lo primero es conectar con esas mujeres que están interesadas  y dispuestas a formar parte, comprometerse y zambullirse en la experiencia de conocer en profundidad su lado femenino, sanarlo, integrarlo y equilibrarlo. Animo a todas las mujeres a formar parte de esta bonita y maravillosa experiencia de amor, crecimiento y autoconocimiento.

Si te animas a formar parte de nuestro círculo ponte en contacto por whatsapp al 696158128 o por mail adalis.ayuda@gmail.com. Gracias por leerme. ¡Feliz vida a todos los lectores!

Adalis©










miércoles, 1 de enero de 2020

Conociendo un poco más sobre las sesiones de un P.E.

A través de las sesiones de P.E.(Proceso Evolutivo)  las personas reciben un servicio profesional de terapia holística. Se llama holística porque se tiene en relación a Todo y en el Todo.  Los sistemas y sus propiedades deben ser analizados en su conjunto y no sólo a través de las partes que los componen, se tienen en cuenta todos los niveles del Ser. Cualquier desequilibrio, desavenencia, trauma, enfermedad o problema se origina y se sustenta en relación a todo nuestro ser; fluye desde el espíritu y hacia el espíritu. Nosotros somos mente, cuerpo, espíritu y somos en nuestras relaciones: con nosotros mismos, los demás (familia, ancestros, sociedad, …) y la vida (nuestras experiencias y circunstancias).  Somos en todo ello, por lo tanto sanaremos, mejoraremos y nos conoceremos en todo ello.



Toda sesión es guiada desde una consciencia superior, en conexión a través del Espíritu, esencia o energía, por guía y mediación de diferentes energías: Maestros, sanadores y consejeros espirituales y en conexión con el Ser Superior. Se inicia la sesión con un trabajo espiritual de purificación y descarga( limpieza chamánica) y se observan los puntos de conflicto, bloqueos y necesidades conscientes y subconscientes que suponen el origen de los problemas del paciente. 
En principio no es necesario que la persona explique nada sobre sí misma o su situación, la sesión se inicia desde un punto ciego, observando directamente sobre el paciente sus verdaderas necesidades. Es la Terapeuta quien le informa de las anomalías percibidas o de lo que es más apremiante tratar. A partir de ahí la persona puede realizar todas las preguntas o consultas necesarias y se irán respondiendo o tratando sobre la marcha sin ningún problema.
Una vez localizados, analizados y concretados los problemas y necesidades se inicia el tratamiento a nivel energético y espiritual, puesto que en él está el origen y el fin de todo. Seguimos el tratamiento trabajando a nivel mental y emocional. Y se revisan y sanan las relaciones implicadas en el conflicto, ya sea a nivel personal, de pareja, familiar, ancestral, social… 



En todo momento la persona se encuentra en un lugar seguro para expresarse, liberarse y ser ella misma, sin temor a ser juzgada. En ningún momento existe la crítica, tan sólo el discernimiento de lo que sucede y el porqué se dan las circunstancias que nos llevan a la discordia o lucha interior. Pues conocer esto nos permite cambiar, liberarnos de incordios y alcanzar la paz.


A través de estas sesiones se realizan cambios importantes y en profundidad, se ofrecen pautas y  herramientas para poder resolver los propios conflictos o situaciones y tomar consciencia de la realidad detrás de cada conflicto, esto ofrece una visión diferente sobre la vida y las experiencias, además de permitir romper con situaciones negativas reiterativas, estados negativos (miedos, preocupaciones, depresión, ansiedad, ira, frustración,…). La vida mejora porque cambiamos nuestra manera de verla, de valorarla y de vivirla. 

También, en los casos necesarios envío a realizar tareas y consejos aplicables entre sesión y sesión, que permitan al paciente avanzar con mayor fluidez. Cuando se consiguen los objetivos terapéuticos, concluimos la terapia. Cada persona que viene a mí es un mundo diferente y a parte de ello cada sesión es única y personal, no hay dos iguales. Es muy importante que quien me visita se sientan a gusto, comprendido y que tengan confianza.


Pexels en Pixabay 


Cualquier momento es bueno para realizar una terapia holística, exista o no un problema aparente. Ya sea porque te encuentras en dificultades personales(preocupación, enfermedad, crisis, traumas, sufrimiento, dolor,…) o relacionales (conmigo mismo, con la familia, pareja, trabajo,…) o porque se necesita ayuda para profundizar en uno mismo, para decidir alguna cuestión, para alcanzar algún propósito, para conocerse, valorarse o valorar y mejorar la vida.

Nos encontramos en un momento de cambio y evolución, muchos son los que valoran este tipo de tratamientos y que tienen la consciencia de que es de responsables cuidarse en todos los aspectos de nuestro ser, no sólo en la alimentación y el ejercicio físico. Muchos comprenden ya que conocerse y conocer la realidad subyacente de toda situación te permite transformar la propia vida y mejorarla, te facilita las etapas de cambio y la propia actitud hacia ellas, las agiliza y hace llevaderas.


Algunas facetas de la terapia a parte de la purificación y el tratamiento energético/espiritual incluyen trabajo esotérico. Quedó en el pasado el tabú de la prohibición entorno a lo espiritual y lo esotérico como algo oculto, incluso clandestino. Se ha avanzado mucho y se puede hablar de ello sin temor a ser señalado despectivamente. Existe mucha más tolerancia y por ello, también se hace más sencillo poder explicar la realidad de este trabajo y a la vez que sea más comprendido y aceptado. Después de todo hay que comprender que holístico es todo y el esoterismo y la magia, al igual que el sexo forma parte de nosotros mismos y de nuestra vida. La reflexión y el conocimiento te liberan de mitos y tabúes además de llevarte a abrazar con amor y aceptación toda tu vida.

Si te interesa experimentar tu propio P.E. conmigo no dudes en ponerte en contacto Whatsapp 696158128 o por mail adalis.ayuda@gmail.com.

Sin duda, un P.E. te lleva a mejorar tu vida, a restaurar la paz y ser mucho más feliz. 
Gracias por leerme. ¡Feliz vida a todos los lectores!

Adalis©

sábado, 28 de diciembre de 2019

Conociendo el Proceso Evolutivo P.E.


Al entregarnos a un Proceso Evolutivo se produce una apertura de consciencia hacia el Ser, la Vida y todo lo que Es. Se aprende a percibir la esencia espiritual, la energía, el Ser mismo en su esencia. Esto nos permite conocernos a nosotros mismos como creadores y conseguir el control de nuestras vidas. 



Los Procesos Evolutivos permiten el estudio del Ser de una manera práctica, son métodos muy prácticos poco teóricos. Quien se implica en un Proceso Evolutivo Consciente aprende acerca de sí mismo, quién es y cómo es. Aprende lo que debe hacer ahora para cambiar, etapa por etapa, paso a paso. Enfoca su investigación hacia su propio interior. Toda la experimentación se realiza sobre sí mismo, en sí mismo. En todo momento la intención de Saber, nos conecta con la Sabiduría interna que nos guía en nuestro descubrimiento de la Verdad. En el Proceso se producen cambios internos esenciales que provocan cambios importantes también en su realidad. Después de todo para cambiar nuestro mundo basta con que cambiemos nosotros, ya que nuestra realidad interior es lo que se refleja en la realidad exterior. En definitiva un Proceso Evolutivo Consciente nos lleva a despertar una consciencia superior y descubrir la perfección del Ser, la Verdad más elevada y alcanzar todo aquello que seamos capaces de pensar.

                                             
                             
Devanath en Pixabay 

Durante todo Proceso Evolutivo Consciente nos responsabilizamos de nosotros mismos y de nuestra vida, se realiza un trabajo de revisión y corrección sobre aquellas creaciones que no nos satisfacen, que son degradadas, erróneas, negativas, destructivas o imperfectas, lo que nos permite elevarlas, mejorarlas o transformarlas. Dichas creaciones tanto pueden referirse a nuestro propio Ser como a las circunstancias y relaciones en las que se experimentan.  

Al embarcamos en un P.E. nos convertimos en investigadores de nuestra propia naturaleza, estudiamos la esencia de nuestra propia existencia utilizando como herramientas nuestros sentimientos, nuestra mente consciente y nuestro subconsciente. A través de los métodos utilizados desarrollamos nuestra percepción de la realidad activando habilidades extrasensoriales que se desarrollan en cada proceso. El P.E. nos permite ver que se puede mejorar sin sufrimiento, permite auto-modificarse a uno mismo, a nuestra vida y conocernos como Creadores, en nuestra Verdad mas elevada. En definitiva, aprendemos a llevar a nuestra consciencia y a lo físico la realidad espiritual subyacente, unificamos al dejar de percibir tan solo una parte de nosotros mismo y de la vida y permitirnos percibir la realidad en su totalidad. 


Free-Photos en Pixabay 

En un Proceso Evolutivo siempre se gana, siempre hay un beneficio que percibir, de hecho se percibe el mejor de todos los beneficios, pues allí donde te lleva es a Ser de manera consciente la manifestación de la Magnificencia del Ser y eso implica TODO, Ser el Creador y crear lo mejor, Ser lo mejor de uno mismo y vivir de la mejor manera.  Para conseguirlo tan solo debemos tener voluntad, confianza, constancia, compromiso y mantenernos fuertes y activos, determinantes en nuestra decisión de evolucionar y disfrutar el camino. Sin apartarse de la vida, ni renunciar a nada pasamos a llevar una vida plena. Aprendemos a ver y a recibir lo que la vida nos da, pues esta nos conduce de modo adecuado y preciso a mejorar. Y aprendemos a usar de modo correcto y eficaz nuestra voluntad sin limitarla, lo que lleva a tener más consciencia, a ampliar la perspectiva espiritual, a ascender y unificar ampliando nuestra percepción de la totalidad y a alcanzar mayores logros.



A través de los P.E. nos preparamos para percibir la Luz (la Perfección del Ser) y reconocernos en ella, a cada paso liberamos la luz para que ilumine y se muestre libremente en su naturaleza, tal como es en su mejor definición, sin etiquetas, ni velos, ni opresiones, ni sombras, ni errores; es decir el Ser en su esencia, tal como Es. En definitiva, la liberamos, la observamos para conocerla, la experimentamos para serla en consciencia y desarrollamos descubriendo cada habilidad en la experimentación. Conocernos en profundidad nos permite conocer la vida y la naturaleza de todo ser viviente. 

Si te interesa experimentar tu propio P.E. conmigo no dudes en ponerte en contacto Whatsapp 696158128 o por mail adalis.ayuda@gmail.com.
Gracias por leerme. ¡Feliz Vida!

Adalis©





sábado, 21 de diciembre de 2019

El dolor y las relaciones

El cuerpo del dolor es el que tiene su centro en el cuarto chacra y es el mundo de las relaciones entre lo interno y lo externo. Los conflictos relacionales con nosotros mismos, los demás y nuestro entorno se reflejan en este centro y este cuerpo emocional. 




El origen del dolor
La pena es una forma de dolor, está vinculada a una ansiedad, una inquietud o una tristeza que se manifiesta por llantos, sonidos de dolores, soledad. El corazón está herido y enfermo después de una experiencia pasada lastimosa y dolorosa. El trauma profundo y duradero suele manifestarse en forma de dolor físico u enfermedad. Recuerda que el cuerpo original del dolor es el cuerpo emocional, que es el que experimenta los estados del Ser, es el que siente. 



                                                                           Pexels en Pixabay 

Existen muchos momentos dentro de nuestra experiencia de vida en los que hemos sentido clavar un punzón en nuestro pecho o en nuestra espalda, la traición esencial se produce cuando se deja de ser fiel a lo superior y se osa degradar lo que ya es perfecto. Cuando impongo una medida que no es justa o no está en sincronía con la verdad absoluta del ser yo estoy traicionando, siendo infiel a lo que en verdad es. En este momento me estoy separando de la verdad, mi cuerpo mental se opone a mi cuerpo emocional cuando osa identificarse con una verdad relativa y no una verdad absoluta. Las "verdades" sean absolutas o relativas son recibidas en nuestro cuerpo emocional, cuando estas verdades respetan la naturaleza del ser se mantiene el equilibrio, cuando van en contra de dicha naturaleza se crea un desequilibrio y una experiencia dolorosa. Es el desgarro que se siente al definir una parte del ser, con unos criterios distintos a lo que en verdad es, criterios que degradan, someten y limitan. Por ejemplo, cuando creemos que somos malos, que no hacemos algo bien, cuando nos definimos despectivamente u opinamos mal ya sea sobre nosotros mismos o los demás, cuando no reconocemos ni identificamos la perfección, lo mejor. El hecho de juzgar(afirmar o declarar que algo es) y osar creer que es posible ser algo distinto a lo que es: menos o más que, mejor o peor que, bueno o malo,... simplemente comparar tiene el poder de causar mucho daño. Pues la realidad auténtica es que somos tan extraordinarios que por muy opuestos que parezcamos tan sólo podemos ser la imagen de una gran virtud. Debemos abrir nuestra mente a la belleza y perfección de cada uno y de cada experiencia, vaciarnos de prejuicios y permitirnos realizar una mirada de aceptación.


                                                   Sarah Richter en Pixabay 

Aceptar todas las partes de mi, aceptar a los demás como son sin juzgar ni opinar, aceptar las experiencias como lo que son una manifestación externa que me permite conocerme mejor dentro de ella, nos devolverá al estado de equilibrio y unificación del Ser, mejorará nuestras relaciones y nuestro estado de equilibrio. Soltar nuestros condicionamientos y creencias que nos impiden amar al ser por lo que es, nos permite hacer presente la realidad auténtica y la magnificencia de lo que somos. 

La finalidad de las relaciones
Relación es la correspondencia o conexión que hay entre dos o más elementos, así como el trato o unión que hay entre dos o más personas o entidades. Así pues dentro de una relación se manifiestan experiencias en base a esas correspondencias y el modo en que nos tratamos va en función de la armonía o el desequilibrio que sostenemos respecto al concepto del ser manifiesto en dicha correspondencia, es decir, va en función de como acepto esa parte de mi reflejada en el otro.

Cada momento es una experiencia, es decir, yo estoy percibiendo y expresando en todo momento quien soy. Lo que marca mis experiencias y mis relaciones es todo aquello que cargo en mi definición de ser. Esta definición puede ser consciente e inconsciente, ya que existen muchos condicionamientos que sostenemos en nuestro subconsciente que no se recuerdan, aunque no por ello dejan de estar presentes. 
Esta inteligencia ilimitada que somos está actuando en todo momento sin descanso, se dedica a revisar, observar y tiene la misión de conocerse, identificarse y reconocerse, es decir, es consciente absolutamente de si mismo. Aquello que contempla o que convierte en su centro de atención se convierte en una experiencia en nuestra vida aparente o limitada. Esto permite dejar en un segundo plano el resto del ser y centrarnos en esa parte que es objeto de revisión, ya sea porque entró en desequilibrio o porque es momento de conocerla desde otra perspectiva o definición. 




Hay que comprender que en todo momento experimentamos quien somos y bajo qué parámetros nos hemos definido. Recordar que somos libres de elegir como nos definimos y cambiarlo cuando impongamos nuestra voluntad de hacerlo. Nuestras experiencias y relaciones se vivirán en función de nuestras elecciones, así como nos definimos se manifestará para poder llevarlo a nuestra consciencia y decidir si continuamos definiendo así o cambiamos de referencia. Así pues nuestras experiencias reflejan esa realidad subconsciente haciéndola consciente, permitiéndonos conocerla, revisarla, valorarla y decidir qué hacemos con ella.

Como dijimos cada persona nos refleja una parte de nosotros que corresponde a una definición o concepto del Ser y  la situación que vivimos con ellas refleja mi relación, mi postura, mi estado, mis condicionamientos y definiciones respecto a ese concepto. Por tanto, el simple hecho de observar mis relaciones me va a dar la posibilidad de conocerme, de mejorar mis relaciones y de transformar mi vida.

Adalis©

viernes, 6 de diciembre de 2019

LOS ORÍGENES DE NUESTRA GUERRA INTERNA


Profundizando en el conocimiento del Ser hacia los orígenes de nuestro decaimiento nos encontramos de lleno con el paradigma de la víctima y el victimario del cual hablamos a continuación.


Imagen de Iván Tamás en Pixabay 

EL PARADIGMA DE LA VICTIMA Y EL VICTIMARIO. LOS MAPAS.

Hay toda una base de leyes que sustentan este paradigma de la separación, la oposición y la guerra. 
Entre ellos encontramos condicionamientos en base a la creencia de que tan sólo podemos elegir entre dos soluciones únicas que presuponen que entre dos partes siempre hay una a la que le toca perder o ser menos o peor que la otra parte. El Paradigma de la víctima es una herencia directa del conflicto dual, de imponer un juicio y una moral que eleva a una parte y degrada a la otra. La energía degradada así como la que degrada se convierten en una entidad propia que gobierna nuestra vida en todos los aspectos. Con entidad propia quiero decir que nos identificamos absolutamente con esta definición “soy víctima” “soy victimario”. Se piensa, se siente y se reacciona como tal. Estamos muy arraigados a esta visión por lo que se precisa una clara decisión y gran determinación para abandonar este paradigma de guerra. 

Para poder unificar y establecer un estado de paz hay que revisar los patrones que generan el conflicto y sanar las heridas y el dolor que tantas experiencias bajo este paradigma han generado en nosotros mismos y nuestras relaciones. Pero además, hay que cambiar nuestra visión y elevarla para poder conocer la tercera alternativa. Y es que no hay tan solo dos opciones para solucionar un problema (la que me beneficia o la que te beneficia), en realidad solo hay una la que es mejor para todos, pues nos beneficia a todos.

REVISANDO MAPAS.


Imagen de Pexels en Pixabay 

Existen gran número de mapas mentales o patrones enterrados en nuestro subconsciente que son los que sostienen este paradigma vivo. A continuación vamos a presentar algunos de ellos.
  • SER BUENO O SER MALO.
Esta medida se basa en tu cualidad para cubrir las expectativas. El problema es que no siempre coinciden las expectativas propias con las ajenas, porque tenemos distintas opiniones sobre una misma cosa, por lo tanto comúnmente diferimos en qué es bueno o mejor o qué es malo o peor. Pensamos que quien cubre nuestras expectativas es buenísimo, pero quien no es malo. Y lo mismo, somos buenísimos si hacemos lo que quieren o pensamos igual o malísimos si decidimos no hacerlo o pensamos distinto. Sin embargo, que estemos o no de acuerdo en algo no hace de menos a nadie, nuestro valor es exactamente el mismo, esta es la verdad. 
Hay que romper con esta creencia a la que nos aferramos tan arduamente, sobre que realmente existe lo bueno o lo malo. Y dejar de querer dirigir nuestra vida según esta medida que siempre será relativa a una opinión no a una verdad auténtica.

  • MATAR O MORIR
Creer que en una decisión que nos incumbe o incumbe a otros siempre va a haber una parte que va a salir perdiendo o se va a tener que sacrificar o va a sufrir. Esta creencia nos impide alcanzar la solución perfecta para todos, por ello es muy importante eliminar este patrón y permitirnos acceder a la tercera solución. Existe absolutamente una decisión eficaz para todos permitámonos descubrirla, tomar consciencia de ella.


  • NEGAR Y AFIRMAR
Es cierto que no siempre estamos en discordia entre el sí y el no, la armonía entre lo que niega y lo que afirma es muy poderosa pues forma el equilibrio perfecto para la manifestación. Por ello, debemos estar atentos cuando estas creaciones hacen acto de presencia. Pues suelen arraigarse con más fuerza y eso dificulta el liberarlas, suele ser una programación mas resistente y requiere más insistencia en muchas ocasiones. Cuanto más en armonía mayor es la aceptación con la identificación, es decir, que más asumido está como somos o como son las cosas para nosotros.

Estamos llenos de creencias que nos colocan en una postura de perdedor, de víctima, de impotencia e incapacidad, de carencia. Creemos que hay experiencias que se nos niegan, que nunca nos suceden o sudarán a nosotros, lo creemos imposible. La realidad es que nada es imposible y cualquier cosa que sucede a otro también nos puede suceder a nosotros. Y usamos la afirmación y la negación para encarecernos de cualquier cosa. Por ejemplo:  Afirmación: “Esto no me sucede a mi”; Negación: “A mi sólo me pasan calamidades”. 
Recordemos en todo momento y reconozcamos esta verdad absoluta que dice que todo es posible en mi también.



Para cambiar nuestra vida y mejorar nuestras relaciones con nosotros mismos y los demás es necesario un compromiso por la labor del cambio. Cuidar de nosotros va más allá de cuidar nuestro aspecto y nuestra salud con el ejercicio y la comida. Es cuidar de nosotros revisar nuestras creencias, sanar nuestros traumas y cambiar nuestra perspectiva. Esta es una labor que enaltece y unifica cuando se hace con respeto, amor, gratitud y aceptación. ¡Apostemos por ser mejor y vivir mejor!

Adalis©




viernes, 19 de mayo de 2017

YO SOY TAMBIÉN MI CUERPO FÍSICO

Soy y como Soy me expreso. Lo que ves es mi definición de lo que soy. Así me ves así me interpreto. Yo Soy lo que creo que soy en mi apariencia y soy más de lo que aparento en mi verdad.

Habla, conoce, escucha y gestiona la relación con tu cuerpo y descubre y asume tu verdad. De este modo cambiará tu imagen de ti mismo/a y tu expresión externa. ¡No es ninguna tontería! ¡Trabajad el cuerpo físico! es la expresión material de todo lo que creéis de vosotros mismos. 



Todas nuestras creencias, traumas, definiciones y etiquetas están integradas en nuestro cuerpo físico a nivel celular. Cada palabra que hemos usado para definirnos está aferrada y vibrando, repitiéndose a si misma en algún lugar de nuestro cuerpo, reproduciéndose a sí misma. Por ello, es muy importante comunicar, observar y conocer nuestro cuerpo físico y responsabilizarnos de él definitivamente. Si queremos cambiar debemos responsabilizarnos de cada idea y cada sentir a los que estamos aferrados y suponen sustentar sacrificio y sufrimiento.


Nos quejamos constantemente de nuestro cuerpo, de su forma, de su condición, de sus defectos, de sus imperfecciones, de su estado, de su salud,… sin embargo, no tomamos consciencia de que nuestro cuerpo no va por libre, lo creamos nosotros con nuestras definiciones. Lo tratamos como si fuera algo a parte de nosotros, lo hostigamos, le exigimos, lo abandonamos, lo intoxicamos, lo degradamos, pero no cuidamos de él como debiéramos, no tenemos suficiente consciencia sobre él, no nos relacionamos debidamente, no lo amamos y consolamos, se nos resiste la dulzura y la atención adecuada hacia nuestro cuerpo y el reconocimiento de lo que verdaderamente es, una Creación Divina que se merece ser reconocida, considerada, respetada y cuidada con mucho Amor.

Si nos decidimos por responsabilizarnos de nuestro cuerpo físico y cuidar de él este cambiará, sanará y mejorará considerablemente. Para todos aquellos que están enfermos, tienen malestares, molestias, dolores y problemas con su cuerpo, quieren adelgazar y no pueden, o simplemente lo rechazan como es... les digo que no les queda otra si desean cambiar el estado de sus cuerpos y su realidad que deben responsabilizarse y sanar su cuerpo, deben utilizar la oportunidad que les da su cuerpo para evolucionar, mejorando la relación con el cuerpo, conociéndolo, escuchándolo, aprendiendo a interpretarlo, localizando los problemas, gestionando y solucionando. 

Debemos elegir el camino de la verdad, para poder conocer las mentiras y las cargas que hemos depositado sobre nuestro cuerpo para que involucione y que no le dejen evolucionar. Con frecuencia las personas rechazamos nuestro cuerpo o partes de él, llegamos a entrar en una profunda conmoción. Llegamos a cubrir nuestro cuerpo de una "gran sombra" y le impedimos ver la luz, ocasionándole con nuestra ignorancia y falsas creencias el deterioro y la degradación, incluso la muerte. Es hora de responsabilizarnos de nuestro cuerpo físico y sanarlo, liberarlo y elevarlo al lugar donde se merece. Nuestro cuerpo es una creación de lo Supremo, honremos lo Supremo honrando su creación. 

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martes, 16 de mayo de 2017

EL VICTIMISMO I. CONOCIENDO A LA VICTIMA.


El Victimismo es un punto de vista, una manera de ver las cosas en la que el sujeto cree ser víctima y se siente el objetivo del mal, el receptor de todo lo malo (las malas intenciones de la gente, de la mala suerte, la maldad del mundo, lo malo de la vida, el castigo de Dios...) Realmente la persona ve en todo cuanto le sucede que ella es la víctima. Cediendo así toda responsabilidad y su propio poder a lo que cree ajeno a ella misma.


En este rol la persona se siente culpable o hace culpable a los demás y a lo demás de sus desgracias y mal vivir. Sufre sintiendo intensamente el conflicto, sin ser capaz de ver más allá de las apariencias. Es incapaz de reconocer que lo que le sucede de algún modo lo ha generado ella misma, o que lo que la vida le está mostrando no es más que algo que ha atraído a causa de su ideología, creencias, convicciones, verdades relativas, pensamientos o ideas.

La actitud de víctima sólo es posible en una persona ignorante de si misma, de su propia naturaleza y de la realidad de la vida. Es imposible sostener esta actitud en alguien que conoce la Verdad del Ser. Somos libres de experimentar cualquier estado o actitud y no pasa nada por elegir experimentar ser víctima. Pero para aquellas personas que desean evolucionar y abandonar una vida limitada y llena de sufrimiento, es necesario adquirir la conciencia o el recuerdo de lo que son en sí mismas. Y elegir abandonar o cambiar esta actitud de victimismo.

Para todos los que se reconocen víctimas y desean elegir con determinación dejar de serlo incluyo a continuación unas pautas de consciencia que os ayudarán a iniciar vuestro proceso de cambio.

LA CONSCIENCIA DE SER VÍCTIMA
Al inicio de este Post hemos descrito a la víctima, lo que piensa, lo que siente y cómo experimenta esta actitud. Si te identificas con esta definición ya puedes reconocerte como víctima. Este es el primer paso para evolucionar. A continuación describo el Ying/Yang del victimismo, es decir, la base de creencias y las emociones asociadas que sustentan esta actitud.

CREENCIAS Y SENTIRES DE LA VÍCTIMA:

  • Todos hemos sido educados en la creencia de lo Bueno y lo Malo. Aceptamos la moral (mal/bien, bueno/malo, me gusta/no me gusta, ...) como una medida para valorar: a nosotros, a los demás, a la vida, las experiencias y todo lo que forma parte de ellas. Se tiene tendencia a negativizar y ver la parte "mala" del asunto antes que la buena. 
  • La víctima acepta como verdad que hay más malo que bueno. Reconoce antes lo malo que lo bueno. Con lo cual convierte la existencia en algo negativo, amargo, dañino, doloroso... es decir la vida y lo que comprende es negativa, es enemiga.  


  • "Cree en el pecado". El "pecador" es culpable de sus errores y debe pagar por ellos. Esto origina un sentimiento de culpa hacia si mismo cuando cree cometer un error y hacia los demás cuando los cometen ellos. 
  • Llega a creer que lo malo que le sucede es un castigo porque "ha sido malo" en el pasado, aún en casos que no alcanza a recordar. (karma) 
  • Cree que no tiene control, poder ni mando para cambiar la situación. Se siente impotente ante todo cuanto le sucede que no le gusta, le asusta o le resulta doloroso. La frustración que siente le lleva a enfadarse con el mundo y reaccionar con ira contra los demás o en determinadas circunstancias. 

  • Cree que todo y todos es su "enemigo". El mundo está en contra de su persona, todo pretende hacerle la vida imposible, nadie le ama, todos pretenden aprovecharse, no le buscan para nada, más que cuando le necesitan y luego se siente abandonada y desechada como un clínex usado.
  • Como herencia de esto cree necesitar protegerse. Por ello actúa siempre a la defensiva y/o atacando. Su atención está constantemente en observar que no le vaya a venir alguna más encima. Lo que hace que viva en el miedo o el temor en el porvenir.

  • Cree que sus amados son víctimas. Hace extensible esta actitud sobre sus seres queridos. Lo que le llena de preocupación por sí misma y por lo que pudiera acontecer a los suyos. 
  • La víctima cree dar todo y no reconoce recibir nada en compensación que sea bueno. Ante esto se siente como si nunca hubiera nada para ella. Siente carencia.
  • Tiene constantes expectativas y normas de lo que deben ser las cosas y como deben actuar las personas para ser correctas. Y apenas hay nadie, ni siquiera ella misma, que pueda adaptarse o asumir su norma. Ante esto se decepciona porque nunca nada ni nadie está a la altura, ni siquiera ella.

  • Una víctima no respeta su libertad ni la del otro. No asume el libre albedrío como una posibilidad. Vive en el apego a normas, limitaciones, creencias y experiencias del pasado, se aferra a ellas porque cree que le dan la posibilidad de ser mejor. Se ata y vive atado a un debería ser, que nunca es. Esto agota en el continuo esfuerzo de cumplir una expectativa y no sólo te sientes cansado, también frustrado, pero sobretodo desilusionado de la vida. Nunca es perfecta de este modo, porque no la aceptamos como es sino que pretendemos que sea como queremos.
  • No se siente capaz de vivir siendo libre, le da miedo asumir la responsabilidad de si mismo y su propia vida... 
Podríamos añadir infinidad de reflexiones más, sin embargo lo dejo abierto para que cada cual revise a su propia víctima. 
Una vez hemos revisado a la víctima que llevamos dentro y la hemos reconocido. Entonces sólo nos queda reflexionar qué hacemos con ella. ¿Queremos seguir sosteniéndola como hasta ahora o elegimos cambiar?...Para los que eligen cambiar la solución primera es ver qué hay de verdad en todas estas premisas que sustentamos y definen a la víctima. 

En el próximo Post de Victimismo seguiremos tratando el tema del victimismo y cómo cambiar actitudes y poner soluciones. 

ADALIS©


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